jueves, 24 de julio de 2008

¡¡¡¡TRIUNFO POPULAR!!!!

El ex comandante argentino Luciano Benjamín Menéndez, de 81 años, alias “La Hiena de La Perla”, condenado a cadena perpetua.

Además de Menéndez, fueron condenados el coronel Hermes Rodríguez (75 años) a 22 años de prisión, el suboficial principal Carlos Vega (79 años) 18 años de prisión, el capitán Jorge Acosta (62 años) a 22 años de prisión, el suboficial principal Luis Manzanelli (69 años) a prisión perpetua, el suboficial mayor Carlos Díaz (61 años) a prisión perpetua , el suboficial mayor Oreste Padován a prisión perpetua y el agente civil de inteligencia Ricardo Lardone a prisión perpetua.

Los ex militares fueron acusados por el secuestro, la tortura y el asesinato de Humberto Brandalisis, Hilda Palacios, Raúl Cardozo y Carlos Lajas Lajas, acribillados por los militares en un simulacro de enfrentamiento en la capital cordobesa en la madrugada del 15 de diciembre de 1977. Fueron enterrados como NN en el cementerio San Vicente. Sólo los restos de Palacios fueron encontrados y restituidos a sus familiares.

Que se pudra en la cárcel

Treinta y dos años debió esperar el pueblo de Córdoba para que el genocida Luciano Benjamín Menéndez y siete de sus cómplices por la aplicación de tormentos y asesinatos vayan a la cárcel.
Menéndez y 7 secuaces fueron enjuiciados por algunos de los crímenes que cometieron, gozando de privilegios que no tuvieron sus víctimas.
En Córdoba, el mismo 24 de marzo de 1976 era secuestrado y desaparecía desde entonces René Salamanca. Menéndez no responde en este juicio por Salamanca ni por María Eugenia Irazusta, Raúl Molina, Luis Márquez, ni por muchos de los 30.000 detenidos desaparecidos, ni por la tortura, el asesinato y la cárcel de miles de obreros mecánicos y estudiantes, de hombres, mujeres y niños que cayeron en sus garras, en los centros clandestinos como La Perla, Campo de la Rivera, o el Departamento de la policía provincial.
No paga por esos crímenes porque Kirchner no abrió los archivos de la represión, por lo que el pueblo debió avanzar tortuosamente en estos juicios, con testigos corriendo el riesgo de seguir el camino del secuestro como Julio López. El pueblo seguirá luchando por una verdadera justicia para estos genocidas, para que se pudran en las cárceles hasta el último minuto de su vida.



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