A 7 años del Argentinazo del 2001

Se cumplen siete años de la gran rebelión popular del 19 y 20 de diciembre. En ese diciembre caliente, el pueblo ganó las calles contra la política del gobierno de De la Rúa que profundizaba la crisis, dejando a los trabajadores sin sus puestos de trabajo, a los ahorristas sin sus depósitos, a los deudores hipotecarios sin sus viviendas. Esa rebelión popular volteó al gobierno y enfrentó a las maniobras continuistas, enfrentó el aparato represivo del Estado derrotando el Estado de sitio, profundizando el auge de luchas que hasta hoy no han podido cerrar. El 19 y 20 si bien ha dejado inconclusas sus principales tareas nos dejó grandes enseñanzas.

Hoy el gobierno dice que “enfrentará activamente la crisis”, que defenderá “el trabajo nacional y la producción”, pero financia la fuga de capitales, que ya se llevó 28.000 millones de dólares en un año y meses, y también la devaluación del peso y los salarios. Esa política kirchnerista a favor del gran capital nos ha llevado al colapso económico. Los Kirchner aseguran que la estatización previsional servirá para “reactivar la economía”, pero destinan esos fondos para pagar la deuda externa y a subsidiar a los pulpos industriales, agrarios y mineros. Las principales medidas verdaderamente reactivadoras –el aumento de los salarios, las jubilaciones y los planes sociales, y la liquidación del hambre que crece en los barrios– están fuera de la agenda oficial. Mientras tanto las patronales continúan despidiendo y suspendiendo, lo que agrava la desocupación, la caída del consumo popular y la propia recesión. En vez de prohibir los despidos a las empresas que no han parado de llenarse los bolsillos todos estos años, el gobierno y las direcciones sindicales propatronales impulsan el esquema que impusieron en petroleros: el canje de retener el trabajo a cambio de reducciones salariales ilegales, o con la dirección de la UOM: despidos de contratados, suspensiones y rebaja salarial, en los dos casos con “paz social”. También lo intentaron en General Motors, pero vienen fracasando por la firmeza de la lucha de los trabajadores de no acptar ni un solo despido.

La deuda externa, lejos de estar cancelada, trepa a ritmos exponenciales por la indexación al CER, y las provincias entran todas en rojo, encapaces de enfrentar su déficit fiscal. La sucesión de impuestazos de Scioli, Schiaretti, Macri y otros gobernadores son la herramienta elegida para hacernos pagar la crisis.

Otros sectores de las clases dominantes promueven una devaluación mayor, al servicio de monopolios exportadores y terratenientes. Impulsan la variante de un ajuste fiscal que muestre un país “serio” y con “seguridad jurídica” para poder contraer nueva deuda con el FMI. Este plan. Estos planes, con otras formas, buscan beneficiar a otros sectores de los de arriba, y también descargan la crisis sobre el pueblo.

No se puede defender el mercado interno sin nacionalizar el comercio exterior volcando esos recursos a la producción nacional industrial y agraria, sin nacionalizar sin indemnización a los bancos y capitales que han quebrado para recomponer el crédito a favor de las mayorías populares y no de los monopolios, sin desconocer la deuda externa ilícita, fraudulenta y usuraria, y lanzar a partir de ahí un plan de reactivación basado en el aumento de salarios y los gastos sociales, la reconstrucción del ferrocarril, un plan de obras públicas y viviendas populares gestionados por los trabajadores. Debemos frenar inmediatamente la expulsión de los pueblos originarios y las masas campesinas que trabajan la tierra, y terminar el régimen de trabajo agrario del peon rural de la dictadura, que mantiene a un 1.300.000 trabajadores fuera de la legislación laboral.

El falso plan anticrisis le otorga moratoria a los empresarios que evadieron durante la reactivación, blanquea capitales ilegales que emigraron y siguen emigrando impunemente, subsidia a los patrones para tomar empleados cuando los están echando, abre un negocio bancario y automotriz con los fondos de los jubilados con intereses por debajo de la inflación: un robo descarado, subsidia a las petroleras con los planes “plus”, propone a las familias endeudarse sin dar aumento salarial pagando tasas de interés que no podrán afrontar, insisten en subsidios al capital que han financiado los negociados de las privatizadas y mediante las reservas del Banco Central proveen las divisas para la fuga de capitales.

Vamos por la prohibición de los despidos y las suspensiones, jugados a la victoria de cada una de las luchas en curso. Por los aumentos de salario y el reparto de las horas de trabajo sin afectar al salario. Contra la falsa movilidad jubilatoria de la ley K, por la recuperación del 82% móvil. La batalla es ahora en cada empresa, fábrica y gremio, en cada zona rural de las masas trabajadoras del campo, en los hospitales y en las aulas, para pararle la chata a la ofensiva patronal y al falso plan anticrisis K. Como dijeron los manifestantes en Wall Street: “Despidan a los banqueros, reincorporen a los trabajadores”.

Sobre la base de este programa trabajaremos para unir a las fuerzas obreras y populares, en paros locales y regionales, para impulsar un paro nacional activo obrero y popular. Impulsamos asambleas en los lugares de trabajo para organizarlo. Al mismo tiempo nos planteamos la tarea de organizar y recuperar los cuerpos de delegados en todos los lugares de trabajo, con compañeros sindicalizados o no, estén en blanco o en negro, correcta o incorrectamente encuadrados, para ponerse al frente de todas las reivindicaciones y tareas que nos plantea la crisis. Impulsaremos también listas unitarias combativas que expresen la unidad de clase para desalojar a las direcciones propatronales.

Que la crisis la paguen las patronales, banqueros y terratenientes

Prohibición de despidos y suspensiones. Aumento salarial

No al plan de los Kirchner que hace pagar la crisis al pueblo

No al FMI. No al pago de la deuda. Ni un dolar al exterior

Por el triunfo de todas las luchas

1) Salario mínimo igual a la canasta familiar. 82% móvil para las jubilaciones. Reapertura de paritarias. Doble aguinaldo. Universalización y equiparación a la canasta básica de los planes sociales.

2) Reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. E1íminación del IVA a los productos de consumo popular. Apertura de libros contables a los trabajadores para garantizar la rebaja de los precios, y control de precios y de abastecimiento por las organizaciones obreras y populares.

3) Ocupación, expropiación y puesta en producción bajo gestión obrera de toda fábrica que cierre. Elección de delegados en todos los lugares de trabajo.

4) Apoyo a la lucha de los obreros rurales por salarios y la liquidación del régimen de trabajo agrario de la dictadura; a la lucha por la tierra de pueblos originarios y las masas campesinas que la trabajan, rebaja y segmentación de sus impuestos, y precios sostén en origen. Apoyo a los reclamos de las masas populares de las economías regionales y de localidades de provincia. Expropiación de las tierras extranjerizadas y en manos de latifundistas.

5) Duplicación del presupuesto para salud y educación.

6) Aumento de la coparticipación federal.

7) Exigimos al gobierno la aparición con vida de Jorge Julio López. Juicio y castigo a los represores de ayer y de hoy. Libertad a los presos políticos y amnistía o desprocesamiento de todos los luchadores populares. Derogación de la fascista ley antiterrorista.

8) No al pago al Club de París, no al canje con los fondos buitres, no al pago de la deuda externa ilegítima, fraudulenta y usuraria. Nacionalización de la banca y control de cambios para terminar con la fuga de capitales, pago de regalías a los monopolios imperialistas, etc.

9) Monopolio estatal del comercio exterior. Reestatización sin pago de YPF y todas las privatizadas. Ruptura de la alianza extra OTAN con Estados Unidos. Rechazo a la ofensiva colonialista inglesa por el dominio de Malvinas, el Atlántico Sur y la Antártida. Regreso de los soldados argentinos en Haití y otros países.

Paro nacional activo obrero y popular contra los despidos, por aumento del salario, las jubilaciones y planes sociales, y demás reclamos populares frente a la crisis y el mentiroso plan K.