viernes, 24 de octubre de 2008

Capital financiero, especulación y crisis
Extractos del libro de Carlos Echagüe: Argentina - Declinación de la soberanía y disputa interimperialista, capítulos 8 y 9, Editorial Agora, 2004.

A diferencia de los sistemas que lo precedieron, bajo el capitalismo las crisis se desatan no porque se produzca menos de lo que se necesita para abastecer el consumo,
sino, al revés, porque se produce “en exceso”.
En las crisis se manifiesta la contradicción principal de este régimen de producción, entre la producción social y la apropiación capitalista.
El capital monopolista descarga las consecuencias de la crisis sobre los trabajadores de las propias metrópolis y, especialmente, sobre los pueblos y los países oprimidos mediante las políticas de “ajuste” que golpean brutalmente a las grandes masas populares, provocando hambre y miseria a la mayoría. Y salvaguarda los intereses de los responsables y beneficiarios de la crisis y de las “bicicletas” especulativas.
Por sus anteojeras de clase, los economistas burgueses no estudian las contradicciones inherentes al régimen de producción capitalista. Las niegan, en muchos casos “a priori”. Son apologistas y consideran que el capitalismo es un sistema “natural” y eterno.
En consecuencia, no pueden penetrar en la esencia, se quedan en la superficie, en las subas y bajas de las Bolsas y en las “convulsiones” financieras. “El hombre del mercado monetario –escribió Engels– sólo ve el movimiento de la industria y del mercado mundial en el reflejo invertido del mercado de valores, y así el efecto se convierte para él en causa” (“Carta a Conrad Schmidt”, 27-10-1890. En Marx y Engels: Correspondencia, Cartago, Buenos Aires, 1957, pág. 310).

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